Las Cartas del Tarot
Las cartas del tarot y su significado sirve para mucho más la simple adivinación; es un camino hacia el autoconocimiento y el desarrollo personal y espiritual. Vamos a explorar los orígenes de estos arcanos, su conexión con la cábala y la importancia de la neutralidad a la hora de hacer una lectura de cartas.
Historia del Tarot
Contrario a lo que muchos piensan, las cartas del tarot no tienen sus raíces en el Antiguo Egipto, ni está mencionado en la Biblia. El tarot, tal como lo conocemos hoy en día, surgió en la región de Marsella, Francia, entre los siglos XIV y XV.
Es una amalgama de influencias culturales, incluyendo las cartas mamelucas, un juego de origen árabe difundido por Europa. Estas cartas contenían números del uno al diez y figuras como el príncipe, el caballero, la reina y el rey. Además, incorporaron los arcanos de otros tarots como el Mantegna, un juego para niños que representaban la estructura social y política de la época, utilizando arquetipos universales y mitología.
Neutralidad y Sesgos en la Lectura de cartas
Lo primero que hay que trabajar al estudiar y practicar tarot son los sesgos. ¿Por qué? Porque los sesgos son algo natural. Se forman en base a nuestra educación y experiencias de vida. Existen dos tipos principales de sesgos:
- Sesgos inducidos: Aquellos que asimilamos por influencia de nuestra familia, profesores, amigos, etc. Por ejemplo, si tu familia es muy católica, probablemente desarrollarás ciertos sesgos relacionados con la religión.
- Sesgos personales: Estos provienen directamente de nuestras experiencias personales. Por ejemplo, si has viajado diez veces a Francia y en cada ocasión te han robado, posiblemente generarás un sesgo negativo hacia Francia y sus habitantes.
Estos sesgos son inevitables. Sin embargo, es fundamental reconocer y ser conscientes de nuestros propios sesgos para buscar neutralidad y objetividad, especialmente en el tarot.
Un caso práctico es el de un alumno mío con fuertes convicciones republicanas y socialistas, heredadas de su familia. Estas convicciones influían negativamente cuando interpretaba cartas como la del rey o el emperador, impidiéndole ver estos arquetipos desde un punto neutro y amoral. Lo mismo ocurre en el extremo opuesto: alguien con fuertes simpatías hacia la monarquía podría romantizar estos arquetipos y no reconocer sus aspectos negativos.
El objetivo no es eliminar totalmente los sesgos, ya que algunos nos acompañarán toda la vida, pero sí reconocerlos y manejarlos conscientemente. Personalmente, hay sesgos que he logrado superar, otros que he atenuado, y algunos que permanecen. Cuando estos aparecen en situaciones concretas, trato de detenerme, enfriar mis emociones y pensamientos, y observar el arquetipo objetivamente.
La Polaridad del Tarot
La polaridad es un principio esencial tanto en el estudio del tarot como en la filosofía y el esoterismo. Se refiere a la existencia de dos extremos opuestos y complementarios que forman parte de una misma unidad, como el día y la noche, lo frío y lo caliente o lo masculino y lo femenino.
En vez de entender estos polos como entes aislados, debemos verlos como aspectos de un mismo fenómeno. Por ejemplo, lo masculino y lo femenino son dos manifestaciones que conviven y se complementan para crear un equilibrio esencial, tanto en la vida cotidiana como en la simbología y el arquetipo de cada Arcano. En el mazo de tarot, cartas como El Emperador (aspecto masculino) o La Sacerdotisa (aspecto femenino) no aluden necesariamente a un hombre o una mujer, sino a energías de expansión o recepción, de acción o introspección.
Es importante reconocer que, al igual que ocurre con la polaridad entre lo físico y lo espiritual, no podemos separar lo terrenal de lo trascendente. Ambos conforman una realidad unificada donde coexisten emociones, intelecto y espíritu. En la lectura de tarot, esto implica no suponer que lo “masculino” es siempre bueno o malo, ni que lo “femenino” se asocia únicamente a la mujer. Son fuerzas que se necesitan mutuamente para expresarse en plenitud.
Asimismo, los sesgos individuales pueden afectar nuestra capacidad de comprender la esencia de cada polo. Cuando nos aferramos a ideas preconcebidas (por ejemplo, rechazar lo masculino o lo femenino por experiencias personales negativas), perdemos de vista su valor y función complementaria. El conocimiento y la práctica del tarot exigen, por tanto, un ejercicio continuo de integración, buscando ese punto medio o centro donde ambas polaridades se reconcilian.
Cómo Funciona el Tarot: La Sincronicidad
La sincronicidad se comprende como la ocurrencia de eventos simbólicos con una fuerte conexión emocional para quien los experimenta, sin que medie una relación de causa y efecto. En el contexto del tarot y de prácticas mágicas u oraculares, esto explica cómo un evento interno (pensamiento, emoción o pregunta) puede sincronizarse con un evento externo (por ejemplo, el resultado al extraer una carta).
El microcosmos—nuestra mente, emociones y subconsciente—se alinea con el macrocosmos, manifestándose a través de símbolos y arquetipos que reconocemos intuitivamente. Al barajar y sacar cartas mientras pensamos en una pregunta, generamos esa conexión con el inconsciente mediante la sincronicidad, que revela información sobre nuestro pasado, presente y posibilidades futuras.
De igual modo, los sueños premonitorios o las ‘casualidades’ inesperadas se interpretan como señales de esta sincronicidad, donde lo que se vive en el plano interno halla correspondencia en hechos externos. Comprender y manejar esta energía permite utilizar el tarot no solo para adivinar, sino para profundizar en el autoconocimiento y en la toma de decisiones conscientes. La clave reside en reconocer cómo nuestros procesos internos se reflejan en la realidad, y viceversa, uniendo así la mente racional con la mente arquetípica.
El simbolismo del Tarot
El simbolismo en el tarot cumple un papel esencial para la interpretación de los mensajes que cada carta transmite. Se puede distinguir entre:
- Simbolismo colectivo: aquel que se comparte a lo largo de la historia y en diferentes culturas. Incluye imágenes, figuras y colores que evocan significados comunes, como la paloma blanca asociada a la paz o el Espíritu Santo.
- Simbolismo individual: se refiere a la experiencia y asociaciones personales que cada individuo proyecta en un símbolo. Por ejemplo, un color específico puede generar reacciones emocionales diferentes en cada persona.
Además, dentro de estos dos tipos, existe un simbolismo literal (ej., representar el vuelo con alas) y otro figurativo (ej., la paloma blanca como símbolo de paz). A través de estos recursos, conceptos muy complejos o extensos se comprimen en una sola imagen que nuestra mente arquetípica comprende rápidamente.
Otros ejemplos destacados son las cuevas (símbolo de la sombra, lo desconocido o la iniciación), las montañas (representan pruebas, desafío y conexión con lo divino) y los cuatro elementos (fuego, aire, agua, tierra), cada uno con atributos metafísicos asociados. El color también desempeña un papel crucial, evocando estados anímicos de forma intuitiva.
Para una práctica de tarot más profunda, no basta con memorizar definiciones de manual; es necesario abrir un diálogo entre la mente racional y la mente arquetípica, reconociendo cómo cada símbolo puede transmitir múltiples niveles de significado. De este modo, se enriquece la interpretación de las cartas, y la intuición encuentra espacio para revelar matices personales y universales.
Los Arquetipos en los Arcanos Mayores y menores
El arquetipo puede entenderse como un molde universal sobre el cual se basan las distintas expresiones humanas. Desde la perspectiva de Carl Gustav Jung, estos patrones primordiales forman parte del inconsciente colectivo, por lo que todos reconocemos, de manera innata, símbolos como el Rey, la Madre, la Muerte o el Héroe.
En el tarot, cada Arcano Mayor o menos representa un arquetipo o esencia arquetípica: por ejemplo, El Emperador encarna el principio de autoridad y estructura, mientras que La Sacerdotisa simboliza la sabiduría interior y lo receptivo. Aunque asociemos ciertos rasgos al ámbito masculino o femenino, estos arquetipos no se limitan al género; en realidad, cada persona integra la fuerza y la energía creadora (femenina), así como la iniciativa o acción (masculina). La historia personal de cada individuo activa de forma distinta uno u otro aspecto del arquetipo, según las circunstancias.
La alegoría de la caverna de Platón ilustra cómo a menudo confundimos la sombra de una idea con la realidad misma. Del mismo modo, al estudiar tarot, es común identificarse con unas cartas y rechazar otras. Sin embargo, todos los arquetipos—como el Padre, la Madre, El Sol o La Luna—están presentes en el interior de cada uno y responden a necesidades y contextos particulares.
De esta forma, comprender el significado arquetípico de cada carta del tarot permite una visión más amplia de la psique humana y enriquece nuestras lecturas, invitándonos a integrar todos los matices que componen nuestra realidad interna y externa.
El Árbol de la Vida y la Cábala
Durante las clases, exploramos el Árbol de la Vida de la cábala, una representación simbólica de las emanaciones divinas conocidas como sefirot. Cada sefirá corresponde a números y aspectos específicos que también se relacionan con las cartas del tarot. Por ejemplo, el As se asocia con Kéter (la Corona), representando la unidad y la potencia pura. A medida que descendemos por las sefirot, pasamos por diferentes niveles de conciencia y manifestación hasta llegar a Maljut (el Reino), que representa el mundo físico en el que vivimos.
La comprensión del Árbol de la Vida nos permite profundizar en los significados arquetípicos de las cartas y cómo se relacionan entre sí. Esto enriquece nuestras lecturas y nos proporciona un marco más amplio de símbolos y significados para interpretar las energías en juego.
La Importancia de Evitar la «Oracularización»
Es común caer en la tentación de «oracularizar» el tarot, es decir, asignar significados fijos y cerrados a cada carta. Esto limita la riqueza del tarot y puede conducir a interpretaciones simplistas. En lugar de esto, debemos abordar cada lectura como una nueva oportunidad para explorar los múltiples niveles de significado que cada carta puede ofrecer, dependiendo del contexto y la pregunta formulada.
La intuición y su importancia
La intuición puede describirse como la voz interior que conecta nuestro yo racional con nuestra inteligencia arquetípica, un nivel de conciencia que va más allá de la lógica y el razonamiento. Es esencial distinguirla de simples recuerdos, imaginaciones o emociones pasajeras, ya que en ocasiones es fácil confundirla con la memoria o con un deseo personal.
Para fortalecer la intuición, es clave desarrollar una comunicación fluida entre la mente racional y la mente simbólica/arquetípica, de la misma manera que aprender un idioma común ayuda a conectar con alguien que habla otra lengua. En la práctica del tarot, esta habilidad es fundamental para interpretar de manera más profunda los símbolos y mensajes de las cartas.
A menudo, la racionalidad y los sesgos de confirmación pueden enmascarar o ahogar la voz intuitiva. Por ello, conviene:
- Observar sin juzgar: Evitar en lo posible las justificaciones o el autoengaño.
- Abrirse al diálogo interno: Permitir que la mente arquetípica se exprese a través de imágenes o sensaciones, sin la interrupción inmediata del análisis lógico.
- Realizar ejercicios introspectivos: Un ejemplo es revivir mentalmente situaciones pasadas (una en la que creamos haber acertado y otra en la que nos sintamos equivocados) para escuchar la voz intuitiva libre de prejuicios.
La intuición, bien entrenada, funciona como un buen amigo interno que aporta claridad y discernimiento, incluso en aquellas circunstancias en que nuestra inteligencia racional se ve tentada a justificar o distorsionar los hechos. Al integrar esta voz interior con la interpretación del tarot, profundizamos nuestro autoconocimiento y la conexión con la simbología de cada carta.
Integración de la Sombra y Desarrollo Espiritual
Curiosamente, podemos rechazar en los demás lo mismo que hacemos nosotros mismos sin darnos cuenta. Por ejemplo, como republicano puedes rechazar la autoridad del rey, pero simultáneamente ejercer esa misma autoridad sobre tu hijo al imponer disciplina necesaria, lo cual es perfectamente lógico. Este fenómeno de rechazo hacia algo que también está dentro de nosotros forma parte del trabajo con la sombra en sus primeros niveles.
En el camino del desarrollo espiritual, es esencial integrar nuestra sombra, las partes de nosotros mismos que hemos reprimido o negado. El tarot puede ser un medio para explorar y aceptar estos aspectos, permitiéndonos avanzar hacia una mayor plenitud y autenticidad. La integración de la sombra no implica eliminarla, sino reconocerla como parte integral de nuestro ser.
Diversos Tarots; El Camino Iniciático desde el Árbol de la Vida.
Mazos como el Rider Waite, el Tarot Hermético o el de Toth entre muchos otros, tratan de explorar significados que tratan de explorar el rico mundo de la cábala.
En otro artículo profundizaré sobre el viaje a través del Árbol de la Vida. Una metáfora del camino iniciático que emprendemos en nuestro desarrollo espiritual en el que cada sefirá representa desafíos y aprendizajes que debemos afrontar. A medida que ascendemos por el árbol, trabajamos en aspectos como la voluntad, la sabiduría, el entendimiento y la belleza, hasta alcanzar niveles superiores de conciencia.
¿Quieres aprender Tarot?
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El tarot funciona bajo el principio de sincronicidad. Las cartas que aparecen en una lectura reflejan el estado interno del consultante y proporcionan simbolismos que el subconsciente puede interpretar para obtener insights y comprensión sobre situaciones específicas.
Meditar puede ser una herramienta útil para calmar la mente y alcanzar un estado neutral. Sin embargo, no es estrictamente necesario. Lo importante es ser consciente de los propios sesgos y mantenerse abierto a lo que las cartas puedan revelar sin prejuicios.
Después de muchos años de práctica y conversar con multitud de profesionales sobre este asunto, puedo decir rotundamente que no. Si alguien ve o siente alguna entidad no es causa del Tarot, sino de las habilidades psíquicas que uno pueda tener y no haberse dado cuenta.
Asignar significados fijos limita la riqueza y profundidad de las interpretaciones. Cada carta tiene múltiples niveles de significado y puede representar diferentes cosas dependiendo del contexto y la pregunta. La flexibilidad interpretativa permite una lectura más auténtica y precisa.
El tarot y la cábala están interconectados en algunas tradiciones esotéricas. Las cartas del tarot pueden corresponder a las sefirot del Árbol de la Vida y los senderos que las unen. Esta relación proporciona un marco más profundo para entender las energías y arquetipos representados en el tarot.
Integrar la sombra implica reconocer y aceptar los aspectos reprimidos o negados de uno mismo. El tarot puede servir como una herramienta para explorar estos aspectos, ofreciendo simbolismos y mensajes que facilitan la introspección y el autoconocimiento.
Sí, el tarot es accesible para principiantes y puede ser una excelente herramienta para reconectar con la espiritualidad. Proporciona un medio para explorar el mundo interno y desarrollar la intuición, independientemente de la experiencia previa.